Nadie en Chicago llegó a pensar que el culpable de torturar y asesinar salvajemente a 33 conciudadanos era un eficaz hombre de negocios, un ciudadano ejemplar involucrado en gran cantidad de causas políticas y sociales…
John Wayne Gacy nació el 17 de marzo de 1942 en Chicago. Como pasa en muchas ocasiones fue víctima de constantes abusos por parte de un padre alcohólico que además, solía pegar a su mujer.
Una vez finalizados los estudios de secundaria se matriculó en cinco universidades y tuvo que abandonarlas. Al final, en su último intento, terminó la carrera de Ciencias Empresariales.
Tras mantener una exitosa carrera como vendedor de zapatos y como gerente de una gran cadena de restaurantes se enroló en asociaciones caritativas, cristianas y civiles. En su tiempo libre se disfrazaba de payaso y hacía reír a los niños que estaban internados en los hospitales y orfelinatos cercanos a Chicago.
Todos sus vecinos lo consideraban un buen ciudadano, honesto y agradable. En alguna ocasión llegó a actuar como payaso delante de la primera dama de la época Rossalyn Carter e incluso fue nombrado "Hombre del año" en Chicago.
En 1964 se casó por primera vez y fue acusado de violentar sexualmente a un niño, motivo por el cual le cayeron diez años de prisión. Al cabo de un año y medio fue liberado.
En 1968, se convirtió en gerente de un restaurante de Iowa pero fue arrestado a los pocos días por sodomizar a uno de los empleados y sobornar a un testigo…
Una vez finalizados los estudios de secundaria se matriculó en cinco universidades y tuvo que abandonarlas. Al final, en su último intento, terminó la carrera de Ciencias Empresariales.
Tras mantener una exitosa carrera como vendedor de zapatos y como gerente de una gran cadena de restaurantes se enroló en asociaciones caritativas, cristianas y civiles. En su tiempo libre se disfrazaba de payaso y hacía reír a los niños que estaban internados en los hospitales y orfelinatos cercanos a Chicago.
Todos sus vecinos lo consideraban un buen ciudadano, honesto y agradable. En alguna ocasión llegó a actuar como payaso delante de la primera dama de la época Rossalyn Carter e incluso fue nombrado "Hombre del año" en Chicago.
En 1964 se casó por primera vez y fue acusado de violentar sexualmente a un niño, motivo por el cual le cayeron diez años de prisión. Al cabo de un año y medio fue liberado.
En 1968, se convirtió en gerente de un restaurante de Iowa pero fue arrestado a los pocos días por sodomizar a uno de los empleados y sobornar a un testigo…
Los asesinos en serie están específicamente motivados por una multiplicidad de impulsos psicológicos, sobre todo por ansias de poder y compulsión sexual. Con frecuencia tienen sentimientos de inadaptabilidad e inutilidad, algunas veces debido a humillación y abusos en la infancia.
Aunque a primera vista John Wayne Gacy se mostrara como una persona cordial y educada, en su interior se escondía una alma despiadada capaz de cometer los crímenes más atroces que nadie pueda imaginar.
Los psicólogos del caso de John Wayne apuntaron a una ateria cerebral colapsada producto de un golpe en la cabeza en el jardín de su casa cómo posible responsable de la transformación del cerebro de John Wayne Gacy.
Su modus operandi seguía unos parámetros muy claros. John solía conducir por los alrededores de la ciudad en busca de jóvenes autostopistas, chicos solitarios o prostitutas homosexuales. Seguidamente les cortaba el paso y les ofrecía su coche para acercarlos a alguna zona de bares cercana. Una vez dentro del coche los atacaba con cloroformo o apuntaba con una pistola y se los llevaba a su domicilio para sodomizarlos y agredirlos sexualmente.
Cuando el cuerpo de la víctima ya no daba más de sí lo enterraba en el jardín de su casa que, tras 23 cadáveres se quedó pequeño. A partir de allí empezó a tirar los cuerpos de las víctimas al río.
Aunque a primera vista John Wayne Gacy se mostrara como una persona cordial y educada, en su interior se escondía una alma despiadada capaz de cometer los crímenes más atroces que nadie pueda imaginar.
Los psicólogos del caso de John Wayne apuntaron a una ateria cerebral colapsada producto de un golpe en la cabeza en el jardín de su casa cómo posible responsable de la transformación del cerebro de John Wayne Gacy.
Su modus operandi seguía unos parámetros muy claros. John solía conducir por los alrededores de la ciudad en busca de jóvenes autostopistas, chicos solitarios o prostitutas homosexuales. Seguidamente les cortaba el paso y les ofrecía su coche para acercarlos a alguna zona de bares cercana. Una vez dentro del coche los atacaba con cloroformo o apuntaba con una pistola y se los llevaba a su domicilio para sodomizarlos y agredirlos sexualmente.
Cuando el cuerpo de la víctima ya no daba más de sí lo enterraba en el jardín de su casa que, tras 23 cadáveres se quedó pequeño. A partir de allí empezó a tirar los cuerpos de las víctimas al río.
El 22 de mayo el hombre que le arrebató el puesto de concejal, Jeffrey Rignall, salió a tomar unas copas. Un coche le cortó el paso y se ofreció para acercarle a la zona de bares...
Rignall, aceptó la invitación sin sospechar lo qué se le venía encima. John Wayne Gacy le atacó con un bote de cloroformo desde el asiento del conductor.
La siguiente imagen que vio Rignall fue la de su atacante desnudo frente a él exhibiendo una impresionante colección de objetos de tortura sexual. Rignall pasó toda la noche aprendiendo en carne propia una y otra vez la dolorosa teoría que su secuestrador le iba explicando.
A la mañana siguiente, el joven torturado y traumatizado apareció lleno de heridas y con el hígado destrozado por el cloroformo delante de la estatua de Lincoln Park en Chicago. Tuvo la suerte de aparecer vivo. En sólo seis años, 33 jóvenes cómo él vivieron la misma experiencia.
Lo sorprendente de todo esto, es que una vez cumplido su ritual enterraba los cuerpos en el mismo jardín de su casa donde organizaba las fiestas más sonadas del barrio. En una ocasión se llegaron a congregar más de trescientas personas.
La gente salía de su casa comentando dos cosas: lo agradable que era ese hombre y lo mal que olía su jardín. Su segunda esposa estaba convencida de que bajo las cañerías de su casa había un nido de ratas muertas. Él aseguraba que el olor se filtraba desde un vertedero cercano…
Rignall, aceptó la invitación sin sospechar lo qué se le venía encima. John Wayne Gacy le atacó con un bote de cloroformo desde el asiento del conductor.
La siguiente imagen que vio Rignall fue la de su atacante desnudo frente a él exhibiendo una impresionante colección de objetos de tortura sexual. Rignall pasó toda la noche aprendiendo en carne propia una y otra vez la dolorosa teoría que su secuestrador le iba explicando.
A la mañana siguiente, el joven torturado y traumatizado apareció lleno de heridas y con el hígado destrozado por el cloroformo delante de la estatua de Lincoln Park en Chicago. Tuvo la suerte de aparecer vivo. En sólo seis años, 33 jóvenes cómo él vivieron la misma experiencia.
Lo sorprendente de todo esto, es que una vez cumplido su ritual enterraba los cuerpos en el mismo jardín de su casa donde organizaba las fiestas más sonadas del barrio. En una ocasión se llegaron a congregar más de trescientas personas.
La gente salía de su casa comentando dos cosas: lo agradable que era ese hombre y lo mal que olía su jardín. Su segunda esposa estaba convencida de que bajo las cañerías de su casa había un nido de ratas muertas. Él aseguraba que el olor se filtraba desde un vertedero cercano…
En diciembre de 1978, la madre del joven de 15 años Robert Piest empezó a impacientarse al ver que no regresaba del trabajo. El chico se ganaba un dinero como ayudante en una farmacia y tenía una entrevista de empleo con John Wayne Gacy.
La desaparición fue comunicada urgentemente a la policía, quién llamó a Gacy pero este no acudió a la cita. Al día siguiente Gacy se presentó a la comisaría y negó cualquier relación con el chico.
Tras una ardua lucha burocrática, la policía consiguió una orden de registro. Una vez entraron en su casa encontraron el más completo arsenal de instrumentos de tortura jamás visto. Poco más hizo falta para que Gacy confesara y entregara a la policía un completo mapa dónde yacían 23 de los 33 cadáveres.
En febrero de 1980 comenzó el juicio por los crímenes cometidos. En 1988 fue condenado a 21 cadenas perpetuas y a 12 penas de muerte.
Durante los años que estuvo en prisión se dedicó a la pintura cuyos cuadros llegaron a tener un valor de más de 300.000 dólares. Además concedió diversas entrevistas en las que llamaba maricones y escoria a sus víctimas.
El 9 de mayo de 1994 tras haber ingerido camarón, pollo, patatas y fresas fue ejecutado con una inyección letal. Sus últimas palabras fueron: "¡Besadme el culo! Nunca sabrán dónde están enterrados los demás"
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