El 17 de agosto de 1987, la criada del psiquiatra Carlos Antonio Di Giacomo llego a trabajar y encontró una escena de horror. Situado en un charco de sangre, con los pies y las manos atadas y la boca amordazada, el médico habia estudiado en la Escuela Paulista de Medicina. Cuando la policía llegó, se dio cuenta de que se trataba de otra víctima del Maniaco del Trianon, un asesino en serie que operaba en las inmediaciones del Parque del Teniente Siqueira Campos, punto conocido por la existencia de prostitución masculina en la región de la Avenida Paulista.
Sus víctimas eran profesionales de éxito, que vivían solos y eran homosexuales. Los crímenes aterrorizaron a la comunidad gay, quienes ya estaban alarmados por la escalada de la violencia contra los homosexuales debido a la propagación del virus del SIDA.
Entre 1986 y 1989, Fortunato Botton Neto, un acompañante sexual masculino, quien trabajaba en el Parque Trianon, mató a 13 hombres - con edades comprendidas entre 30 y 60 años - con mucha crueldad.
Entre 1986 y 1989, Fortunato Botton Neto, un acompañante sexual masculino, quien trabajaba en el Parque Trianon, mató a 13 hombres - con edades comprendidas entre 30 y 60 años - con mucha crueldad.
Cuando fue detenido, confesó sus crímenes con detalles que hacian enfermar del estómago a cualquiera. Después de contactar a sus victimas para tener un encuentro sexual, se dirigian al apartamento de las víctimas, donde bebía con ellos hasta que estuvieran borrachos. Les ataba los tobillos y las muñecas, los amordazaba y los asesiba estrangulandolos, les propinaba varios golpes con algun cuchillo o un destornillador. En algunos casos, las víctimas llegaron presentar, la salida de sus órganos internos a través de la boca, las orejas, la nariz o el ano. Después del crimen, buscaba en el apartamento de la víctima dinero y objetos de valor que podría ser vendido fácilmente sin levantar sospechas.
La frialdad con la que Fortunato Botton Neto confeso sus delitos conmocionaron a la policía que trabajó en el caso. En su testimonio, el loco dijo: "Matar es como el helado. Justo después de la primera probada, te hace querer tener más, y la cosa nunca se detiene"
La frialdad con la que Fortunato Botton Neto confeso sus delitos conmocionaron a la policía que trabajó en el caso. En su testimonio, el loco dijo: "Matar es como el helado. Justo después de la primera probada, te hace querer tener más, y la cosa nunca se detiene"
El Maniaco del Trianon fue condenado por tres de los siete crímenes que confesó. Murió en prisión en febrero de 1997, de bronconeumonía como resultado de SIDA. El total de sus victimas se calcula en 13 hombres asesinados.
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