AMORES QUE MATAN...

Tenemos una pocas imágenes que vienen a la mente cuando pensamos en asesinos en serie. Tal vez podamos ver, cuando nos inclinamos a pensar en esas cosas, un Jeffrey Dahmer-tipo de carácter, en silencio salvaje, un solitario inadaptado social que practica su afición indescriptible bajo el radar de la sociedad. O tal vez a Ted Bundy es nuestro arquetipo, un seductor sin conciencia que deja cuerpos mutilados como su tarjeta de visita muy peculiar. Probablemente no pensemos, sin embargo, asociar a las parejas casadas con nuestras nociones de asesinatos en serie. 

Pero el hecho es que las parejas se comprometen asesinatos en serie, y muy eficiente por cierto. A pesar de estos asesinatos no han sido lo suficientemente comunes para atrincherarse en la mente del público, que se han producido con cierta regularidad durante al menos los últimos treinta años. Probablemente, el más morboso de estos casos es el de Paul Bernardo y Karla, una atractiva joven pareja canadiense que, en los años noventa, con regocijo secuestrada, drogada, violada y / o mataron a un número de mujeres y cuidadosamente capturado muchas de sus hazañas perjudiciales las gravaron en la cinta de vídeo. El furor por las detenciones y el juicio subsiguiente Bernardo Paul Bernardo coincidió aproximadamente con impactantes revelaciones que salen de Gloucester, Inglaterra en relación con Fred y Rosemary West. Durante muchos años los West asesinado a varias mujeres y niñas, incluyendo algunos de sus propios hijos, y enterraron los cuerpos en diferentes lugares de su casa, garaje y jardín. También en Inglaterra, Ian Brady y Myra Hindley trabajado como un equipo de asesino en serie cazando sobre los niños.

Una pareja estrictamente estadounidense fue el Sunset Strip Killer Doug Clark y su novia Carol Bundy, una cepa en Los Angeles del síndrome psicopático. E incluso antes de que los casos sensacionales de la década de los noventa, las parejas asesinas estaban en el trabajo. Alvin y Judith Ann Neelley de Georgia, de no haber sido tan torpe, probablemente habría tenido un costo mayor que la niña de trece años de edad y la mujer que secuestró, violó y asesinó a finales de 1982. Por lo menos tan alto como un peaje que se exija por Gerald y Charlene Gallego. En los años setenta, el Sacramento, pareja de California secuestraron y mataron a diez personas. La mayoría de sus víctimas eran adolescentes, atraídos y capturados en esquemas bien planificados, el objetivo último de que iba a ofrecer una procesión constante de esclavos desechables "amor". Dependiendo de quién explique la historia, Charlene Gallego fue un facilitador de mala gana , o un participante dispuesto en exceso prolongado a la trágica vida de su esposo Gerald. Después de la aprehensión de la pareja, Charlene declaró que Gerald le había golpeado e intimidado, pero Gerardo, por su parte, insistió en que había tomado parte en los ataques y asesinatos. "Hemos tenido esta fantasía sexual de ver, por lo que sólo se lleva a cabo", relató más tarde Charlene escalofriante. "Quiero decir, como si fuera fácil y divertido y nos lo disfruté mucho, así que ¿por qué no lo hacemos?

GERALD ARMOND GALLEGO Y CHARLENE GALLEGO.

El Pedigrí penal Gerald Armond Gallego fue impecable. Nació en 1946, mientras que su padre, a quien nunca se encontrarían, hizo tiempo en San Quintín. Después de su libertad condicional, el gallego volvió a su mayor actividad delictiva y fue devuelto a la cárcel. Cuando salió en libertad condicional siguiente, huyó de California, con el tiempo de aterrizar en Mississippi, donde, en dos incidentes separados, mataron a dos agentes de policía. En 1955, Gerald Albert Gallego recibió la dudosa distinción de ser el primer hombre ejecutado en la cámara de gas nueva de Mississippi.  

Madrecita de Gerald no fue ajeno a la vida fuera de la ley o bien, después de haber sido criado en una familia extendida que incluye a asesinos y abusadores de niños. Lorena Gallego Pullen Bennett era una prostituta de los barrios bajos de Sacramento, y su hijo Gerald sirvió como un corredor para los proxenetas diferentes durante los años 1950. 

Por el contrario, la educación Charlene Gallego fue un cuento de hadas. Ella nació Charlene Williams en 1956 a Charles Williams y Mercedes. Charles Williams se había abierto camino en el negocio de la alimentación, el avance de la carnicería de supermercados a un puesto de ejecutivo en una cadena de supermercados nacional. Charlene era hija única y creció en el Arden Park, una zona superior de la clase media de Sacramento. Estaba dotado y talentoso, con un coeficiente intelectual de 160 y un prodigioso talento para el violín. No fue hasta que empezó la escuela secundaria que predilección por el alcohol, las drogas y el sexo se revelaron en su carácter. Apenas se graduó de secundaria, no salir de la universidad, y era un veterano de dos matrimonios fallidos, los cortos, todo en orden bastante corto. Sin embargo, millones de niñas habían precedido a Charlene en la gran tradición de la rebelión adolescente y sus desastrosas decisiones relacionadas sin caer en el sadismo sexual. En cuanto a que nadie pudiera decir, ella era sólo una chica con muchos problemas y mal estado.

Por su parte, Gerald Gallego siguió a su propia tradición de la rebelión y el desastre. Su encontronazos con la policía comenzó cuando tenía seis años de edad, y por el tiempo conoció a Charlene en 1977, había sido detenido al menos veintitrés veces y había servido tiempo en la Escuela de Fred C. Nelles para los muchachos, el Preston Escuela de Industria, el Instituto Vocacional Deuel, y el Fondo para Vacaville médica, así como las diferentes cárceles de la ciudad y del condado. Él también había acumulado una colección bastante grande de ex-esposas, se casó y se divorció después de haber cinco veces. Cualquiera que sea defectos que pueda haber tenido, Gallego era un atractivo irresistible para algunas mujeres

Gerald y Charlene se conocieron en un bar de mala muerte de póquer en Sacramento, en septiembre de 1977. "Pensé que era un hotel muy bonito, de corte limpio compañeros", dijo Charlene años más tarde. Por su parte, Gerald encontró a su pequeña estatura y de pelo rubio muy atractivo. A los pocos días le envió una docena de rosas con una tarjeta que decía: "a una chica muy dulce." Ellos estaban viviendo juntos en unas pocas semanas, y Gerald establece la ley de inmediato. Charlene iba a ser el principal sostén, girando sobre sus ganancias de tareas administrativas de naturaleza en un supermercado con él. Le dijo a sus qué ropa usar, y no hizo ningún secreto de sus asuntos con otras mujeres. Sin embargo, Charlene lo encontró interesante, mucho más dinámico que sus dos maridos anteriores, y cuando hablaba de su fantasía de tener esclavos sexuales jóvenes, la idea sonaba oscura e intrigante.